Viernes, 26 de Abril de 2024
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Se prendió el cerro.

Se prendió el cerro.

Columna por César Langarica Santana Así después de años sin que la autoridad municipal haga caso del grave peligro que representa el no contar con un deposito de basura de primer nivel sufrimos un fuerte incendio que gracias a que todas autoridades en su conjunto trabajaron para sofocarlo los daños serian mucho mayores, pocas veces vemos a todos trabajar con tanto esfuerzo como el día de ayer. Sólo bastaba esperar una mano criminal para que aquello fuera un infierno, y así fue en menos de unos minutos aquello fue Roma ardiendo pero sin Lira y sin Nerón, muchos no se detuvieron a señalar posibles culpables, la mayoría volteaban hacia Ayutla para acusar, sin ninguna prueba, sólo les bastaba el odio para soltar nombres y dejar sentir el rencor de un fuego que en palacio municipal ardía desde hace días y hoy soltaban las desenfrenaban. La verdad es que saber quien fue será muy difícil, acusar de una maniobra política al tema del bausero es descabellado, y nadie en el tema político causaría el mayor desastre ecológico en la bahía con tal de ver a Dávalos o al municipio en una catástrofe, la verdad es que para que ardiera sólo era cuestión de tiempo, un día un rayo o quizás una descarga eléctrica o como un dos o tres personas con más tiempo que trabajo y termina en horas de trabajo de cientos de gentes con el objetivo de apagar el mayor incendio de los últimos años. La verdad es que no se tiene el confinamiento de la basura adecuado, las llantas acumulados no son sólo de Arturo Dávalos, ahí estaban las de otras administraciones, que a nadie le preocupó y menos atendió hasta que llegó el día en que no había para donde voltear, se tuvieron que hacer a un lado, sólo que ardiendo a temperaturas impresionantes, poniendo en riesgo la vida de los que operaban las máquinas y los equipos para sofocar el fuego, tuvieron que ser evacuadas familias para evitar una desgracia mayor. Pero si el daño esta hecho ahora falta evaluarlo, cientos de niños alrededor del basurero respiraron los gases del fuego de las llantas, los residuos de los lixiviados junto con los tóxicos que salían de los ríos de agua color negro trasformaban en un contenido líquido venenoso en extremo, nadie hacía por contenerlo, por cuidar porque no regara las calles y en unos días sea polvo que vaya a los pulmones de los vecinos. Seguro en estos días estarán aplicando un plan de contingencia, lo de menos son las multas por parte de las autoridades ambientales, una más a la que apenas la semana pasada, lo de mayor urgencia e importancia es definir que se hará para que nunca vuelva a pasar, nada es tan importante como la salud de los vecinos de la colonia Magisterio, Puerto Vallarta merece un basurero digno, que de verdad tengamos lo que un destino de playa de primer mundo, no sólo parezcamos y un días nos despertemos y la columna de humo se vea desde cualquier punto del municipio como una triste realidad. "