Echando a perder se aprende.

Desaparecer la promoción conjunta de Vallarta implica perder cerca de 40 millones de pesos para promover Vallarta, hoy algunos hoteleros comienzan a ver que sus planes no llegaron a sus expectativas, algunas aplicaciones han ganado terrenos a los hoteles, eso implica que pronto muchos de ellos tendrán que despedir a sus empleados para compensar la falta de esos cuartos de hotel que no se llenaron, por ello los gobiernos deben tener asesores capaces y eficientes, siempre al final quienes terminaran pagando los platos rotos serán los ciudadanos.

No esta mal que los ciudadanos paguen esos platos, al final fueron quienes eligieron a los gobernantes, pero también los gobernantes deberían ser sancionados si esos errores, la cosa debería ser pareja, hemos ido de un lado al otro para mantener estabilidad económica, nada de eso es casualidad, todo lo que se ha realizado en los últimos años es con miras a tener mayor número de turistas y de mejor calidad.

Pero los ciudadanos también tienen su parte, se han remodelado calles y fachadas del centro,  por eso vemos empresas como Ford Plascencia que le da en la madre a la imagen del destino con esa fachadas que bien pueden estar en la ciudad de Guadalajara o Monterrey pero no es eso lo que les vendemos, la mayoría del turismo extranjero busca un lugar de playa con sabor a México.

Llegar a Vallarta y ver edificios como en MIAMI pues allá es mucho más atractivo y mucho más barato, sus vuelo son más directos, con un costo menor y con beneficios fiscales si gastan en USA, contra esos mercados compite y aun cuando es difícil ganarles si nos va muy bien, no hay que olvidar que Estados Unidos es el destino turístico que es vanguardia en número de visitantes que recibe.

Los Cabos es uno de nuestros principales competidores en México, Acapulco por ejemplo busca el mercado mexicano, nosotros en cambio tenemos un mercado extranjero cautivo y California el principal estado que genera visitantes para Puerto Vallarta, les encanta la teja de barro, el empedrado, el clima en algunos meses, no se requiere mucha ciencia para saber que buscan o que pretenden.

Si buscamos cada día mejores turistas ofreciendo locales con fachadas de lonas de plástico y colgados de mercancía pirata asistirán los que buscan esas cosas y que les agrada, bien haríamos en preguntarnos. ¿Queremos turistas que busquen plumas y llaveros de diez pesos o compradores de talavera de miles de pesos en vajillas? Una vez que definamos que turistas queremos podremos saber si las horrendas fachadas de Ford Plascencia son lo que queremos mostrar y vender.

César Langarica Santana