Viernes, 26 de Abril de 2024
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Ser mujer y vivir en el peligro.

Ser mujer y vivir en el peligro.

Ahora tenemos desde el caso de Daniela un tremendo sentimiento de alivio, pero aún así eso no compensa, no alivia que los presuntos culpables estén detenidos y sean en un juicio juzgados severamente, claro que peor sería verlos libres y cometiendo peores atrocidades pero la historia de Dani no es la única en Vallarta, hay otras más desparecidas y un caso de muchas jóvenes que hace un días fueron rescatadas de una posible trata de blancas. Las alertas estas ahí, se han implementado medidas de seguridad para caso de desapariciones en niños y mujeres, de no ser una sociedad con criminales la verdad es que esas serían innecesarias, por eso hay que buscar alternativas que nos permitan vivir más seguros, por más policías que existan en las calles si el asesino están en casa no hay manera de que nos protejan. Lo cierto es que aunque este sistema nos ayude a capturar a los culpables somos nosotros mismos quienes tenemos que aprender a detectar los peligros que todo mundo ve menos nosotros, apenas ese mismo joven tuvo otras novias, que ya percibían formas de actuar extrañas en sus celos desmedidos y su actitud violenta y posesiva, ellas lo dejaron, les costó mucho esfuerzo, no fue fácil ya que su desequilibrio lo hacia persistir en ellas hasta que afortunadamente lo dejaron. Hoy la historia de Dani puede ser la de cualquier joven a nuestro alrededor, la que nos ayuda en la oficina, la que nos sirve el café cada mañana en la cafetería, o quizás una hermana nuestra, madre o hija. Claro que estamos contentos con el actuar de la Fiscalía, ahora nos falta vernos a nosotros mismos, conocernos de verdad ayuda que conozcamos a los demás, en muchos de los casos de homicidios o desapariciones han sido una gran cantidad de personas que sabían que pasaría y aún así las propias víctimas no, es necesario que todos así como acudimos a ver nuestro como cuerpo de azúcar, colesterol o del corazón acudamos de vez en cuando a revisar como estamos emocionalmente. Estoy convencido que muchos casos como el de Daniela no debió pasar, quizás fue un instante de lucidez lo que requería para dejar a su pareja, eso no lo sabremos, pero lo que si sabemos es que quien asesinó a Daniela es una persona desequilibrada, los que seguimos el caso podemos observar como su actitud controladora era fuera de los rangos sanos y que muy seguramente lo volvería a hacer de estar libre. De la autoridad depende que no salga, de nosotros buscar herramientas que nos ayuden a decidir si la gente a nuestro alrededor es gente buena o no, de saberlo y seguir ese camino hay muchos casos hoy Daniela parece ser se esta haciendo justicia, pero de Lili Yerena ya se van a cumplir dos años y no se ha podido dar a la familia un poco de paz al ver a su asesino detenido.

 

Columna por César Langarica Santana.

Ser mujer y vivir en el peligro.
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