Mueren migrantes en Chiapas tras ataque del Ejército

Seis migrantes mueren tras un ataque del Ejército en Chiapas al confundirlos con delincuentes

Organizaciones internacionales ONU y ACNUR exigen justicia.

En un hecho que ha conmocionado tanto a la sociedad como a organismos internacionales, seis migrantes de diversas nacionalidades fueron asesinados por el Ejército Mexicano en el tramo carretero Villa Comaltitlán-Huixtla el 1 de octubre. 
De acuerdo con un comunicado oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional, los militares dispararon contra un vehículo que "confundieron" con uno utilizado por grupos criminales debido a su similitud con camionetas empleadas por delincuentes en la zona. Además de los fallecidos, se reportaron 10 personas lesionadas y 17 más que resultaron ilesas.
Los eventos se desarrollaron poco antes de las 9 de la noche cuando elementos del Ejército, que llevaban a cabo "reconocimientos terrestres", avistaron una camioneta pick-up que circulaba a alta velocidad. 
Tras detectar que se evadía al paso de los militares, estos escucharon detonaciones, lo que provocó que abrieran fuego hacia dos camionetas de redilas que viajaban detrás.
Desde la mañanera del pueblo, la presidenta Claudia Sheinbam dijo que es sin duda un hecho lamentable, que tiene que ser sancionado, que la fiscalía tiene que investigar en conjunto con la Policía militar. Confirmó que los elementos del ejército ya están puestos a disposición, de igual manera no puede repetirse la situación. Mientras tanto la Secretaría de Gobernación y la de Relaciones Exteriores  están en contacto con las embajadas para dar apoyo a las personas que fallecieron para facilitar todo lo que se requiere
Según la Sedena, estas camionetas "eran similares a las que usan los grupos delincuenciales" en la región. En el ataque, cuatro personas murieron de manera inmediata, mientras que dos más fallecieron más tarde en el Hospital General de Huixtla debido a la gravedad de las heridas.
En total, 33 migrantes viajaban en los vehículos, y las víctimas eran originarias de Egipto, Nepal, Cuba, India, Pakistán y otros países árabes. Las 17 personas que no sufrieron daños fueron entregadas al Instituto Nacional de Migración para su regularización en el país.
A través de un comunicado, la Sedena informó que los dos militares responsables de abrir fuego han sido separados de sus funciones. El caso ha sido entregado tanto a la Fiscalía General de la República  como a la Fiscalía General de Justicia Militar, quienes llevarán a cabo las investigaciones para determinar las responsabilidades legales y disciplinarias. 
En este contexto, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha coordinado el contacto con las embajadas correspondientes para notificar a los países de origen de los migrantes involucrados.
Este suceso también ha sido criticado por diversas organizaciones internacionales. La Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) expresaron su preocupación por la vulnerabilidad de las personas en situación de movilidad en México y la falta de vías seguras de tránsito.
El ataque ha generado una oleada de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Diversos defensores de derechos humanos, tanto dentro como fuera del país, exigen una investigación exhaustiva y justicia para las víctimas. La ONU y ACNUR han insistido en la creación de vías legales y seguras para los migrantes, señalando que la falta de estas opciones pone en riesgo la vida de miles de personas que huyen de conflictos o buscan una vida mejor.
Mientras las autoridades mexicanas se enfrentan a las consecuencias de este grave incidente, la opinión pública sigue de cerca las investigaciones para asegurarse de que no quede impune.
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